Somos un grupo de anarquistas del barrio que hemos decidido organizarnos con el propósito de difundir nuestras ideas y alternativas ante los diversos problemas que tiene el barrio y sus habitantes, además de trabajar con la intención de crear un espacio y un referente anarquista en Vallekas.
En estos tiempos se puede ver claramente que el ansia de los capitalistas por multiplicar su riqueza no tiene límites y cómo no dudan en condenar a países enteros a la miseria que representa la precariedad y la falta de los recursos más básicos. Y también se puede ver a donde nos está llevando su codicia. Durante años hemos vivido engañados creyendo en las bonanzas que ofrecía el sistema capitalista y contentos por poder consumir alegremente. Pero ahora los que están contentos de verdad son los bancos y los empresarios que no han dejado de enriquecerse y a los que se les dan toda clase de facilidades para que sigan manteniendo su situación privilegiada. Y mientras las condiciones laborales no han dejado de deteriorarse, ya estuviera el PP o el PSOE en el gobierno, además de la tan manida moderación salarial a la que siempre se refiere la patronal para que la creación de puestos de trabajo sea supuestamente factible. Durante tantos años de bonanza económica sólo nos han dado precariedad laboral y moderación salarial. Los gobiernos no han dejado de dictar leyes que han beneficiado a los capitalistas en detrimento de los trabajadores dejando patente a quien sirven en realidad. La causa de la presente crisis es clara, se ha dicho en todos los foros, la avaricia de los capitalistas por querer más sin control ninguno. La consecuencia la estamos sufriendo con el paro, los desahucios, el encarecimiento de precios y, en definitiva, con una mayor desigualdad e injusticia que no deja de crecer día a día. Para nosotros sólo quieren el esfuerzo diario y para ellos el beneficio aunque sea por encima de nuestro cadáver.
Tenemos que cambiar el sistema capitalista, explotador e inhumano y no nos vale darle unas cuantas pinceladas para que sea más atractivo, menos dañino, por que el capitalismo es siempre injusto, con o sin crisis. Pero, ¿cómo hemos de actuar para conseguirlo?, ¿qué camino debemos emprender? ¿Cambiar a los políticos y sus partidos para que ellos cuiden de nuestros intereses en contra de los intereses de los capitalistas? ¿Para que sean los políticos, desde sus pedestales, quienes nos aseguren nuestros derechos? Sin duda la solución nunca vendrá de ningún político, parásitos que sólo se acercan al pueblo para servirse de él y controlar su lucha para que no se salga de los cauces marcados por el sistema y garantizar así no sólo que todo siga igual si no que cualquier protesta termine siendo asimilada y convertida, a la larga, en un acto estéril o en un simple desahogo colectivo sin consecuencias.
No debemos delegar nuestra voluntad en políticos y gobernantes ni aceptar que nuestra lucha sea dirigida y manipulada, hemos de coger las riendas de nuestras vidas y trabajar por llevarlas por la senda de la libertad, con la igualdad como medio y la fraternidad como fin. Las asambleas populares han de convertirse en el ente del que emane la voz del pueblo. La única manera de conseguir beneficios reales para la clase trabajadora es la lucha diaria por conseguir una vida mejor para todos. En nuestros barrios y pueblos, en nuestros puestos de trabajo, con nuestros vecinos/as y compañeros/as. Los trabajadores son los verdaderos creadores de riqueza, pero esta sólo se refleja en la sociedad de manera muy escasa y mal distribuida, dado que la mayor parte queda concentrada en pocas manos. El anarquismo es revolucionario por su finalidad trasformadora de la sociedad y hablar de revolución es hablar de cambio drástico en lo político, lo económico y lo social. En los últimos años se ha llamado revolución a acontecimientos que no lo son, pues no conllevaron ningún cambio realmente profundo sino que sólo supusieron un maquillaje con el que disimular el mismo orden de siempre. Se ha vaciado de contenido la palabra revolución igual que han hecho con la palabra libertad, reducida por la democracia al simple acto de introducir una papeleta en una urna cada varios años. Hemos de llegar a la convicción de que necesitamos crear una sociedad nueva fundamentada en parámetros diferentes a los actuales y a ella sólo podremos llegar yendo a la raíz de los problemas para cambiar las cosas de verdad en lugar de seguir poniendo parches que al final sólo perpetúan las injusticias, no dan solución a nuestros problemas y mantienen los privilegios de quienes viven a costa nuestra. Es nuestro propósito realizar un trabajo en el barrio que pueda ir aglutinando a todo aquel que se identifique con el anarquismo